Croacia desde el mar
Si visitar Croacia es una cita obligada para los amantes de los viajes, hacer una incursión en sus más de mil islas a través del mar es el sueño de todo viajero que quiere entender la historia de este país. En esta ocasión fueron dos familias, Emilio y Ana con Juan Pablo y Vanessa que acompañados por sus hijos viajaron a primeros de septiembre hasta Zadar en Croacia para arrancar desde allí su viaje en un lujoso velero a través de la costa Dámata para visitar ciudades como Sibenik o Trogir sorteando algunas de sus más de mil islas.
Zadar es en si una ciudad digna de visitar, está llena de historia y de riqueza arquitectónica. Una visita nocturna nos permite disfrutar de sus tiendas, su gastronomía y el bullicio de sus calles.
Zadar es una ciudad que mira al mar y en la que nos sorprende también el paseo marítimo con instalaciones de luces y sonidos que disfrutan ciento de turistas cada día antes de recorrer las calles del centro para buscar el sitio ideal para la cena.
La idea de conocer Croacia desde el mar fue clara desde el principio para estas dos parejas que para esta aventura optaron por dejarse asesorar en Vergel Viajes por Aracely Quintero. Desde el primer momento estuvo atenta a las peticiones y el tipo de viaje que deseaban y logró convertirlo en el viaje de sus sueños.
Las aguas cristalinas, los colores de los fondos marinos, la tranquilidad de las playas y los rincones entre las diferentes islas enamoró a los viajeros que disfrutaron al máximo de esta experiencia por mar, pero también por tierra.
Si llegar a las ciudades por carretera te permite disfrutar de los paisajes y ver el día a día de sus pobladores, la llegada por mar nos traslada a la antigüedad en la que estas tierras eran visitadas por mercaderes venecianos. Sus fortalezas, sus puertos, la arquitectura de sus edificios nos hace darnos cuenta del carácter luchador y protector de esta cultura.
En Zadar se encuentra uno de los mayores y más modernos puertos deportivos y recreativos del país, una gran infraestructura llena de barcos de alquiler con los que disfrutar de las aguas calmas de una costa protegida del mediterráneo por una fila de islas protectoras.
Cada pueblo al que se accede desde el mar tiene un encanto especial, casas de piedra, pequeños bares o tabernas, hornos… una forma de entender la vida desde la simplicidad y la sencillez.
y de noche la belleza de los pueblos cambia con la magia de las luces y convierte los puertos que ocupan toda la longitud de las ciudades en espacios de vida y bullicio.